Escribo este post, recién llegado de acompañar a una de nuestros cliente startups a la reunión trimestral que suele mantener con su business angel. Para ponernos en situación; frente a frente un emprendedor extenuado por el esfuerzo, resultado con pérdidas y validando su modelo de negocio; y un empresario asentado, con inversiones en diferentes empresas y ávido de rentabilidad.
Lo que pudiera parecer una fuente de diferencias, se puede convertir en un motor de confianza, de ideas y de respaldo para el emprendedor. ¿Cómo?:
– Verdad, verdad y luego la verdad. La sinceridad debe ser imprescindible y el miedo a dar una mala noticia no te debe hacer romper este dogma.
– Resultados claros. Debes facilitar la información de forma clara y concisa. Si tu inversor es profesional debes presentar los balances básicos (pyg y situación) acompañado de un resumen ejecutivo que muestre la gestión de los administradores. Pero no te excedas.
– Lleva propuestas. En una reunión «rutinaria» tu inversor no buscará que le des la noticia de una oferta de venta, o que vas a ser la nueva unicornio española. A la vez que le informas de los resultados y la gestión social, debes proporcionarle información sobre los nuevos proyectos, pivotajes en el modelo de negocio o posibles nuevos clientes.
– El tiempo es oro. Piensa que la persona que tienes enfrente valora mucho su tiempo, y que al igual que tú, puede tener otras inversiones, su propia empresa o motivos personales. No trates de obligarle a que sea tu mentor, si quiere, bienvenido, pero respeta el rol del que quiere seguir siendo solo inversor.
Si sigues estos pasos, seguro que tu inversor será además tu socio en los malos momentos.
